Es habitual que los proyectos de crowdfunding para juegos de mesa sean impulsados por creadores independientes. Como obra creativa, un juego de mesa es similar a un cómic o un libro: una persona individual o un pequeño equipo (diseñador y artista, por ejemplo) puede crear una obra de arte si tiene talento, pero difícilmente está en condiciones de abordar el coste económico de una edición «profesional». El crowdfunding permite a los creadores obtener la financiación, así como medir cuánta es la demanda que hay por su juego, antes de tener que afrontar costes como terminar el arte del juego o la impresión y distribución.
En este tipo de proyecto, los creadores son quienes llevan el proyecto directamente, y lo hacen porque tienen un juego diseñado que quieren ver hecho realidad. Incluso aunque haya una editorial con ellos, normalmente se trata de una compañía pequeña. En otras palabras, son gente que realmente necesita el dinero para poder terminar y crear su juego.
Sin embargo, con la popularización de Kickstarter y plataformas similares (hablaré de Kickstarter por ser la más popular, aunque todo es aplicable a las demás), ha aparecido otra filosofía alternativa, que básicamente consiste en que editoriales (normalmente medianas) acuden al crowdfunding para financiar la primera tirada de un juego que tienen ya listo para salir al mercado. En estos casos, Kickstarter funciona a efectos prácticos como una plataforma de reservas (preorders).
Ambas opciones son válidas, y tienen sus pros y sus contras. En este artículo os comentamos en qué se diferencia un «Kickstarter-experiencia» de un «Kickstarter-preorder«, y qué debemos saber de cada una.
Hemos mencionado muchas veces que gran parte de la gracia de estar en un Kickstarter es la posibilidad de influir en el proyecto a base de comentarios, encuestas, propuestas, prueba de los Print & Play, etc. Como eso significa que el juego está pendiente de su finalización y producción, las recompensas suelen tardar meses en entregarse (especialmente si se imprimen en el extranjero). A cambio, puedes participar en el desarrollo final del juego y en la campaña si tienes interés y ganas de hacerlo, lo que es algo habitualmente muy enriquecedor (sobre todo si tienes el gusanillo de diseñar un juego algún día 😉 ), y suele haber adiciones exclusivas para recompensar a los que apuestan por el proyecto desde el minuto 1. Un buen creador actúa en cierta medida como showman, manteniendo constantemente el interés de los mecenas con sus actualizaciones e interacción con ellos. Euphoria y Burning Suns son buenos ejemplos de campañas de este tipo.
En el caso de un KS-preorder, mucho de lo anterior no se aplica. La interacción con los mecenas suele ser menor, dado que el juego llega al KS con un grado de finalización que hace inviable cambiar mucho de él; básicamente, lo único que falta es darle al botón rojo de «IMPRIMIR», y para eso se pide el dinero. A cambio, la ventaja mejor suele estar en que los plazos de entrega son muy cortos y que el precio es bueno comparado con lo que podríamos conseguir en una tienda, sobre todo si el envío está incluido. Ejemplos de campañas de este tipo son Templar y Shadows over the Empire.
Al apoyar un proyecto de crowdfunding estamos haciendo una apuesta porque el creador será capaz de darnos un producto de calidad; lo mínimo es que estemos razonablemente convencidos de que será así antes de comprometer nuestra pasta en algo que todavía no existe físicamente. En ese sentido, los KS-preorder tienen la ventaja de que quien está detrás de ellos suele ser una casa conocida y con varios proyectos anteriores a sus espaldas, por lo que tenemos ciertas garantías de que saben dónde se están metiendo.
Para los KS-experiencia hay de todo, como en botica, y es bueno mirar los proyectos con un mínimo de ojo crítico. En la segunda entrega de la serie ya hicimos mención a una serie de criterios que podían ayudarnos; básicamente, se pueden reducir a si el proyecto tiene un aspecto profesional y bien terminado, y si el creador transmite entusiasmo y compromiso por su proyecto (con actualizaciones, información fresca, interacción en el hilo de comentarios…). Tener experiencias previas, y haberlas llevado a cabo con éxito, también es un punto importante a tener en cuenta.
Una buena forma de afrontar esto es pensar en que hay dos justificaciones por las que merece la pena estar en un proyecto de financiación colectiva:
Los KS-experiencia apelan más bien al primer criterio y los KS-preorder al segundo, aunque hay veces en las que se cumplen ambos (los KS-experiencia suelen tener un precio competitivo y a veces tienen plazos de entrega cortos, sobre todo si la producción es sencilla; y en los KS-preorder a veces se puede influir en cosas como los stretch goals que nos vayan ofreciendo). Pero lo habitual es que haya que elegir, lo que significa que te metes en un proyecto, bien porque el juego está a muy buen precio, bien porque quieres ayudar a un creador indie y participar de la experiencia. Eso sí, siempre es muy satisfactorio meterte en un fregao en el que notas que lo que puedes ir aportando realmente tiene influencia en el producto final, y en el que el creador está pendiente de tus dudas o sugerencias.
Posts en la serie:
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cepe 12/10/2013
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Etiquetas: crowdfunding, experiencia, kickstarter, preorder
En nuestro último resumen semanal de proyectos de crowdfunding os hicimos mención a los posibles problemas con las aduanas. Para quien esté acostumbrado a hacer compras de otras partes del globo no será una novedad, pero para quien sea novatillo, ésta es una cuestión muy importante para evitarse sorpresas desagradables (donde «sorpresas desagradables» significa «25 o 30 euros extras»). Para ello, es necesario mencionar algunas cosas sobre la forma en la que funcionan los envíos postales a España, y en general a la Unión Europea.
Además de por ser un continente rico en historia y cultura, Europa se distingue por tener unos impuestos bastante altos. Esto no es necesariamente malo, ya que esos impuestos permiten cosas como que no tengamos que morir en la calle si enfermamos, pero tienen sus implicaciones para los bienes fabricados fuera de la UE. El impuesto más importante que puede afectarles es el IVA, así como algunas tasas y aranceles aduaneros.
Por otro lado, la UE está organizada como una unión aduanera y de comercio. En cristiano, eso quiere decir que una vez un bien ha entrado en la Unión Europea, ya no hay restricciones ni impuestos para moverlo de un sitio a otro. Eso permite, por ejemplo, comprar en Amazon DE y que el envío nos llegue a casa en España sin problemas. Fijaros que en este caso tampoco nos libramos de pagar el IVA, aunque sea a las arcas alemanas (lo cual mola, porque tienen dos puntos menos).
Por lo anterior, a la hora de plantearnos apoyar un proyecto en Kickstarter (o cualquier compra fuera de Europa, en general), un elemento muy importante a tener en cuenta es el lugar desde donde nos lo van a enviar. Si nos viene desde dentro de la Unión Europea, nos llegará a casa sin problemas, independientemente del lugar concreto de Europa desde donde se envíe; pero si viene desde fuera de la UE tendrá que pasar por aduanas, y ahí pueden empezar los problemas.
La normativa europea sobre importaciones es un tanto farragosa, pero en lo que nos afecta se puede resumir a grandes rasgos en lo siguiente:
Por si esto fuera poco, el trámite aduanero implica un cierto papeleo. Correos, amablemente, lo hace de nuestra parte, pero no gratis: el coste del trámite son unos 18 € que añadir al monto total a pagar, da igual si es un céntimo o 100 €.
Por ponerlo en perspectiva. Supongamos que apoyamos un proyecto con envío desde USA cuyo valor comercial es de 30 €, y que por mandárnoslo a casa nos piden 10 € extra. Cuando el paquete llegue a España, con casi total probabilidad lo van a retener en aduanas, lo cual, además de un retraso, implica tener que pagar el IVA del valor total, envío incluido (21% de 40 € = 8.2 €). Y cuando el cartero nos lo traiga a casa, nos pedirá (sin anestesia ni aviso previo) el IVA mas el coste del trámite: unos 27 €. Así que apoyar el proyecto de marras nos acaba saliendo por casi el doble que a un backer estadounidense.
Triquiñuelas aparte (el creador puede ponernos un valor más barato en el paquete, pero Aduanas tiene la última palabra sobre el valor comercial real de los envíos, y si intentáis colársela y os pillan, tendréis que pagar igualmente), si nos llega del extranjero algo con valor superior a 22 €, es *muy* probable que nos lo paren en aduanas y nos hagan pagar IVA, arancel en su caso, y los 18 € de marras de Correos. Para los valores típicos de Kickstarter, eso tiende a incrementar alrededor de un 40%-80% el precio final de nuestra contribución.
Para evitarnos este tipo de sorpresas desagradables, caben dos opciones:
Otro punto importante, aunque este ya es más práctico que económico, es que si nos hacen el envío desde Europa nos llegará antes, y, según como lo tenga montado el creador (si usa Amazon Fulfillment, por ejemplo, que es una alternativa popular), puede que nos llegue por mensajería, así que lo tendremos en casa pronto y con tracking. Si viene desde fuera, seguro al 100% que vamos a depender de Correos. En general, es muy raro que un paquete se pierda, pero sí que puede tardar un tiempo más o menos largo en llegarnos, según la suerte que tengamos.
Si queréis compartir alguna experiencia o hacer alguna sugerencia o consulta, comentad sin empacho 😀 Este es un asunto del que he hecho una pequeña cruzada personal; tengo un post invitado al respecto en el blog de Stonemaier Games (inglés), en el que doy más detalles sobre este asunto y trato de convencer a los creadores de su importancia, y es también la motivación para mi geeklist de proyectos con envío desde la Unión Europea.
cepe 06/10/2013
Posted In: Crowdfunding, Sobre crowdfunding
Etiquetas: aduanas, arancel, correos, envíos, europa, iva, kickstarter
Supongamos que hemos descubierto un proyecto de Kickstarter (o de cualquier otra plataforma similar) que nos resulta atractivo; podemos haberlo visto en la BGG, en algún blog o nos lo puede haber recomendado un amigo. El caso es que decidimos que queremos ser mecenas de ese proyecto, y claro, nos asaltan múltiples dudas.
Hay muchísimos puntos de los que se puede hablar (de hecho, es el objetivo de esta serie de posts ;)), pero como persona con cierta experiencia en Kickstarter, me gustaría destacar tres cosas básicas que debemos conocer para saber en qué nos estamos metiendo – no son las únicas, pero son las más importantes para mi gusto.
cepe 29/09/2013
Posted In: Crowdfunding, Sobre crowdfunding
Etiquetas: crowdfunding, kickstarter, mecenas
El camino de un juego de mesa desde la idea inicial hasta la mesa de otros jugones es largo y arduo. Una parte muy importante corresponde al diseño y a todo lo que conlleva: crear prototipos, testear y repetir el ciclo hasta tener un resultado que podamos enseñar con orgullo. Sin embargo, una vez llegados a este punto, aún queda un escollo muy importante: la producción y distribución del juego. Tanto rematar aquellos aspectos que son provisionales en prototipo (arte, diseño, mejora o traducciones de las reglas y textos, componentes, etcétera), como asumir la fabricación del juego y el llevarlo a las manos de tiendas y aficionados.
Hasta hace no mucho, sólo había dos caminos que la mayoría de autores estuvieran en condiciones de plantearse. La más habitual era presentar el juego a diversas editoriales y esperar que alguna estuviera interesada. Esto tiene el problema de que estamos a merced de los tiempos y prioridades de las editoriales; para un autor novel, encontrar su primera oportunidad puede ser muy difícil. La alternativa es embarcarse en la autopublicación, con la importante inversión y el riesgo que ello conlleva.
En los últimos años, esta dinámica ha cambiado notablemente debido a la irrupción de las plataformas de financiación colectiva o crowdfunding, cuya punta de lanza es Kickstarter. El funcionamiento de una plataforma de este tipo, a grandes rasgos, es que un particular o empresa (creador) lanza un proyecto, especificando qué quiere crear y cuánto dinero necesita para hacerlo realidad, y se abre un plazo, normalmente alrededor de un mes, en el que cualquier persona (mecenas, o backer) puede comprometerse a hacer una aportación económica al proyecto. En la amplia mayoría de los casos, las aportaciones comprometidas sólo se cobran cuando el plazo acaba, y sólo si se ha alcanzado el mínimo presupuestado; la idea es que un creador únicamente consiga el dinero si va a ser suficiente para llevar a cabo el proyecto. Por ejemplo, si se estima que para publicar un juego hacen falta como mínimo 15.000 dólares y al final del plazo las aportaciones comprometidas (pledges) son únicamente 10.000, ni el creador recibe el dinero ni a los mecenas se les cobra nada.
Para ayudar a más jugones a conocer este fenómeno, vamos a hacer una serie de posts en el blog de la Asociación contando los entresijos del sistema de crowdfunding: cómo funciona, qué cosas tenemos que tener en cuenta a la hora de convertirnos en mecenas y qué ventajas e inconvenientes tiene participar en un proyecto de este tipo respecto al uso de canales más tradicionales. A su vez, aprovecharemos también para iros notificando periódicamente a través del blog aquellos proyectos de crowdfunding que nos parezcan de especial interés (únicamente como servicio y sin llevarnos nada, que conste 😉 ).
Algunos de nuestros socios ya han sucumbido al gusanillo de participar en estos proyectos y pueden asegurarnos que es una experiencia muy interesante. Esperamos que nuestra recién inaugurada sección de crowdfunding sea de vuestro interés, y que os ayude a participar con confianza (y conocimiento de causa) en esta nueva moda jugona.
Posts en la serie:
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cepe 23/09/2013
Posted In: Crowdfunding, Sobre crowdfunding