Autor/es: | Jeroen Doumen, Joris Wiersinga |
Artistas: | Ynze Moedt |
Editorial: | Splotter Spellen |
Género: | EconómicoSubastasNegociación |
En Greed Incorporated, jugamos el papel de ejecutivos agresivos que buscan lucrarse a costa de las empresas que los contratan. Nuestro objetivo no será sin embargo ganar el máximo dinero posible, sino gastarnos ese dinero en caprichos que mejoren nuestra imagen con respecto a otros ejecutivos. Quien mejor lleve esto del aparentar, ganará la partida.
Para ganar dinero, debemos conseguir que las empresas que dirigimos como directores ejecutivos (CEO en inglés) generen y acumulen beneficios año tras año. Pero en esta profesión no puedes permitirte un año malo. Si tu empresa genera en el año actual menos beneficios que en el año anterior, la empresa buscará un chivo expiatorio, que podrá ser el CEO, el director financiero (CFO), o el director de operaciones (COO). Cada uno de ellos será preguntado por el culpable, y todo aquel que sea señalado, ¡será despedido! Pero ser despedido conlleva pingües beneficios, en forma de un porcentaje del dinero en caja de la empresa: 40% para CEO y 20% para CFO y COO.
Con estas indemnizaciones, podremos aspirar a mejorar nuestra imagen como ejecutivos. En cada ronda se subastarán caprichos de lujo de dos niveles: oro (8 a 16 puntos) y plata (4 a 9 puntos). Quien más puntos acumule al final de la partida, obtendrá la victoria.
¿Y cómo funcionan las empresas que dirigimos? Cada turno los jugadores pondrán en juego una carta de su mano que permite a las empresas generar materias primas o transformar éstas en materias procesadas. Cada materia tiene un precio de mercado que va variando a lo largo de la partida en función de las cartas jugadas. Las empresas pujarán por estas cartas, creándose poco a poco un sistema económico en el que las empresas tienen que venderse y comprarse mercancías unos a otros, en las condiciones que quieran los jugadores libremente y casi sin limitaciones en una negociación muy abierta. Al final de esta ronda, se comprobará qué empresas han generado más beneficios que en el turno anterior, y aquellas que no lo logren, buscarán inmediatamente un culpable.
¿Y cómo conseguimos un cargo directivo en las empresas? Cada carta llevará el sello de un jugador, de forma que si una empresa la adquiere, ese jugador conseguirá el primer cargo directivo libre: CFO, COO o un cargo inferior. Para evitar la endogamia, adquirir una carta que ha jugado previamente el propio CEO de la empresa, cuesta el doble de la cantidad pujada. Es importantísimo por tanto jugar con inteligencia aquellas cartas que sean de interés de los adversarios, para poder colocarnos convenientemente en la carrera por el ascenso, o lo que es mejor, el despido.
Se trata de un juego con una elevadísima dosis de interacción. La fase de negociación permite realizar casi cualquier jugada: no vender a un rival esa materia prima que necesita para obtener beneficios y así obligarle a adelantar su despido; extorsionar a los rivales para pagar cantidades fuera de mercado por materias primas que necesitan de manera desesperada, aumentando sus costes y por tanto reduciendo sus indemnizaciones; vender materias a precios ridículos entre dos empresas que controlas… en definitiva, el día a día de cualquier gran empresa.
La fase de despidos es simple y a la par que muy estratégica. El CEO señala a un culpable de la mala marcha de la compañía: CFO, COO o a sí mismo. Luego el CFO hace lo propio y por último será el turno del COO. Todo aquel que haya sido señalado es despedido. Quien sobreviva a la criba, heredará la empresa. Es por ello que si queremos que la empresa quede manos de un adversario concreto, es importante no dejarla en estado ruinoso, para que sean suficientemente atractiva para nuestros rivales y así reducir la competencia en la posterior subasta de caprichos.
Por último, en el juego existen 4 subastas diferentes: subasta por las cartas de economía; subasta por objetos de oro y plata; y subasta por iniciar una nueva empresa. Aunque la primera sensación es que estas subastas son la parte importante del juego, en realidad aquí se llega con los deberes hechos. Si has jugado bien tus cartas, llegarás aquí con el terreno allanado. Si por el contrario tu plan ha fallado, no podrás adquirir esos objetos tan deseados o no podrás iniciar una nueva empresa que permita seguir amasando tu fortuna.
Porque en esta época de jugar y quemar, si al ajedrez lo evaluaras después de tu primera partida, seguramente lo incendiarías. Y te estarías perdiendo un auténtico juegazo.
Pablo Trinidad 27/09/2015
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